domingo, 13 de marzo de 2011

EL MILAGRO QUE QUIERO COMPARTIR.-


Como es bien sabido por todos ustedes, mi ascendencia es del Municipio Sucre específicamente, de la población de San José de Heras, entre San Antonio y Santa María.

Jesús Emiro Andrade, mi papá, y María America Basabe, mi mamá, oriundos de esa población, usando el medio de transporte, de las piraguas, ya que para ese entonces no existía la panamericana, llegaron para establecerse en esta linda población de Santa Rita, después de los años treinta ya que yo nací el 25 de junio de 1939, se instalaron en una humilde casita diagonal a la iglesia vieja con mis hermanos, Estilita, Jesús Lisandro y Elena que todavía estaba gateando.

Este pueblito muy pintoresco estaba conformado, en el centro por la plaza bolívar, con sus barandas de madera sus matapalos, matas de mamones, al frente la casa amarilla y los poderes públicos, la iglesia, hacia el lago el balcón de madera, la familia Soto, las Pérez, el bebedero, la bombita la púa, luego las dos casonas donde funcionó la renta, la biblioteca y la panadería estrella de oro, la casa de Augusto Rincón y Carmen Barbosa, la de Jesús Andrade y America Basabe, la de Ciro Cumares e Inés Delia Cardozo, la de Orange Quintero y Petrica Urribarri, la de Miguel Meléndez y María Cerapia Cumares, la de Renato Soto y Eladia Méndez, Juan Pacheco y Eladia Ocando, la de Humberto González y Carmen Virginia García, luego una casa de Augusto Rincón, donde funcionaba una bomba con surtidor manual, esta fue comprada por mi papá para nuestra residencia, otra casa de Augusto Rincón donde funcionó una tienda y en la esquina la casa cural donde vivió el padre Petit desde 1944

MILAGRO. Acto del poder divino superior al orden moral. Cualquier suceso o cosa rara extraordinaria y maravillosa. Tomado del diccionario Español.

Mi mamá fue una mujer muy creyente, venida de ese pueblito a quien yo llamé en una de mis gaitas “ La cuna de San Benito” por la veneración que allí se le tiene, junto a San José de quien tomaron su nombre. Siempre nos encomendaba a las tres divinas personas, a todos los santos, le mandaba a rezar a todas las animas benditas del purgatorio, nos hacia rezar el padre nuestro al acostarnos y al levantarnos.

En una oportunidad siendo yo un niño, entre siete y ocho años poco mas o menos contraje una enfermedad llamada Tos ferina, enfermedad infecciosa más grave en la infancia, caracterizada por un estado catarral del árbol respiratorio, con accesos de tos convulsiva muy intensos y espasmos laríngeos.

Como toda buena madre, la mía estaba muy preocupada por la duración y lo fuerte de la enfermedad, los medicamentos no me obraban, ella se acerco a mi cama y me dijo ¡Adaulfo hijo hazle una exclamación a la virgen!, pídele que te cure. Con la sencillez de un niño yo le hice la petición a la virgen.- ¡Por favor virgencita, quítame esta enfermedad, cúrame por favor, déjame vivir!

Y, una noche, veo que viene bajando una señora y me coloca un ramo de flores en el pecho, al momento, entre susto y admiración con la fragancia de las flores y esa bonita visión, le fui a comunicar a mi mamá lo que me había pasado, lo bueno y maravilloso fue que la enfermedad desapareció tan rápido como, tan rápido se esfumó la imagen de la virgen ante mis ojos

Una mañana Salí con mi hermana Estilita, al mercado y al pasar por el frente de la iglesia quedé tan sorprendido, casi paralizado y en medio de mi asombro, tome a mi hermana de la mano diciéndole ¡ Ita, Ita, esa fue la señora que me puso el ramo de flores en el pecho , entramos a la iglesia allí estaba ella en un lindo lienzo, yo mostrando mi inmensa alegría, no salía de mi asombro, y mi hermana me dijo ¡Bendito sea Dios! Se te hizo el milagro.

Ese momento jamás se me olvidará, tan es así que cuando comencé a trabajar todos los ocho de diciembre día de la Inmaculada Concepción, Le llevaba un ramo de flores a la iglesia, luego mi esposa Esterlina, me compró un cuadro y en mi casa le colocamos las flores, la alumbramos, allí le dedico mis oraciones a diario y especialmente cada ocho de diciembre día que el calendario católico le dedica a la Inmaculada Concepción de la Virgen María.


ADAULFO ANDRADE

Fuente: Propias